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Ejemplos concretos: distintas maneras de ejecutar programas experimentales de seguimiento


Guatemala
Kenia
Nepal

Los tres ejemplos que se resumen en esta sección son representativos de algunos de los enfoques que puedan adoptarse. Las experiencias de estos tres programas se desarrollan a mayor profundidad en el texto, por su valor como ejemplos de enfoques y de técnicas.

Guatemala

Este programa de cocinas mejoradas para Guatemala fue realizado inicialmente por ICADA, una organización independiente que se interesa por el desarrollo de la comunidad y las tecnologías adecuadas en las tierras altas del país. Sus objetivos eran introducir cocinas que redujesen el consumo de combustible y mejorasen el ambiente del hogar. Los ejecutores concibieron también el programa como medio para estimular la participación de la comunidad en el proceso de desarrollo.

La cocina lorena original usada en Guatemala

En una pequeña estación experimental del Altiplano Guatemalteco, voluntarios canadienses y británicos crearon el modelo inicial: una cocina hecha con una gran masa de barro (llamada la lorena), sobre la base de un diseño local. El modelo fue resultado de un diálogo con ocho mujeres indígenas durante un período de seis meses. Se puso a prueba tanto en casa de los diseñadores como en los hogares de las usuarias iniciales. Los diseñadores invirtieron un tiempo considerable junto con las usuarias para perfeccionar el diseño. Se confió en la apreciación de las usuarias para estimar la economía de combustible. No se midió con precisión el combustible consumido.

Una vez construidos los modelos, se instruyó a otros voluntarios y después a extensionistas locales para fabricar fogones. Los constructores visitaron los hogares en donde se habían instalado las cocinas mejoradas para corregir problemas menores. No se llevó un registro del programa de seguimiento. Un año más tarde una segunda entidad independiente, CEMAT (Centro Mesoamericano de Estudios sobre Tecnología Apropiada), se involucró en la difusión de este tipo de cocina. Se instruyó a los pobladores para que construyesen cocinas con ayuda de técnicos e instructores del CEMAT. Varias personas ayudaron a establecer empresas comerciales de producción de cocinas mejoradas. Estos constructores capacitados realizaron gran parte de las actividades ulteriores de comprobación.

El personal recogió las quejas y tomó nota de las innovaciones sugeridas por los usuarios; mientras que el personal y los constructores colaboraron en las modificaciones necesarias. No hubo un sistema formal de recolección, almacenamiento y elaboración de datos, aunque un voluntario realizó en 1979 una evaluación limitada del proyecto inicial de ICADA, la cual indicó que era preciso mejorar la estrategia de extensión y el diseño. Tanto el seguimiento como la evaluación condujeron a realizar un programa más completo de capacitación y de comprobación ulterior.

Se obtuvieron fondos para emprender un programa nacional mucho más amplio y varias organizaciones se sumaron al esfuerzo de divulgación. En 1984/85 se emprendió una evaluación de todos los programas para determinar los factores que condicionaban la adopción de la cocina lorena. Se hicieron otras encuestas de identificación de necesidades para determinar los demás grupos de personas que necesitaban cocinas mejoradas y para considerar las modificaciones que podrían introducirse en los diseños para satisfacer a esos nuevos grupos. El CEMAT ha ayudado a otras organizaciones a difundir la cocina lorena por toda Guatemala como parte de un programa nacional más amplio.

Kenia

El programa de fogones urbanos (Urban Stove Programme) de Kenia fue ejecutado inicialmente por el Ministerio de Energía mediante una subvención del Gobierno de los Estados Unidos. La organización Energy Development International contrató a un consultor keniano para impartir capacitación al personal del ministerio y asesorar sobre la ejecución del programa. El ITDG y la organización aportaron también asistencia técnica. De la investigación y los ensayos se encargó y se sigue encargando el Colegio Universitario Keniatta, y la difusión se hace por medio de organizaciones locales independientes, pequeñas empresas y artesanos individuales. La KENGO (Organización No Gubernamental Keniana de Energía y Medio Ambiente), ha asumido actualmente el papel de coordinar todas las actividades relativas a los programas de fogones mejorados.

El objetivo principal de este programa es reducir el consumo doméstico de carbón vegetal, mejorando la eficiencia de los actuales fogones metálicos para carbón. Un segundo objetivo es reducir la emisión de contaminantes tóxicos.

Cuando se inició el proyecto se disponía de datos básicos sobre patrones de consumo de combustible, pero hubo que obtener más información sobre los sistemas vigentes de producción y distribución. Los datos se utilizaron para diseñar los primeros prototipos y para desarrollar la estrategia del programa experimental. La universidad realizó pruebas iniciales de laboratorio y experimentaciones con usuarios. El nuevo diseño añadió un revestimiento de cerámica al anterior fogón metálico.

Fogón keniano mejorado de carbón vegetal

Una vez que los experimentos confirmaron que el nuevo modelo consumía menos combustible y era aceptable para las mujeres que hicieron las pruebas de cocina, se contrató a una organización privada para realizar demostraciones de campo con el nuevo fogón. Se introdujeron quinientos fogones en sectores de Nairobi y Mombasa. Se realizaron encuestas en los hogares antes de la introducción del fogón y de nuevo dos y seis meses después, se tomó nota de los cambios en el consumo de combustible y de los factores que influyen sobre el uso. Durante el período de prueba, se hicieron también visitas ocasionales a algunos hogares.

Gran cantidad de información se obtuvo de las encuestas formales; pero por falta de recursos, se tardó un año para terminar el análisis detallado de los resultados. Las impresiones recolectadas durante el seguimiento y un análisis visual de los datos de la encuesta indicaron que el fogón ahorraba combustible y era aceptable para la mayoría de los usuarios. Las encuestas informales y los análisis de los usuarios sirvieron de base para los cambios de diseño que se hicieron entonces. Se inició un programa para desarrollar unidades de producción y puntos de distribución.

No se dispuso de recursos para un sistema formal de seguimiento de la fase de expansión, aunque el personal del proyecto llevó registros de las visitas a diversas unidades de producción. Al cabo de un año, un consultor evaluó el progreso de las diversas unidades de producción e identificó quiénes vendían los fogones y cómo los obtenían. A partir de esta evaluación y de un análisis de los registros de seguimiento, se formuló una estrategia más adecuada de extensión. Esta nueva estrategia comprendía un elemento de investigación y desarrollo para mejorar las técnicas de producción.

Después de esta evaluación, la KENGO estableció un programa de seguimiento. En 1986 se realizó una evaluación, financiada por la FWD, para determinar quienes utilizaban los fogones y por qué, así como el impacto conseguido por su adopción. Los resultados de esta evaluación se han utilizado para mejorar el programa de promoción.

Nepal

La Dirección de Desarrollo Forestal Comunitario realizó en Nepal un programa de fogones mejorados. El objetivo primario era reducir los actuales niveles de consumo de combustible introduciendo 15 000 fogones en cuatro años. El objetivo secundario del programa ara mejorar las condiciones higiénicas y sanitarias en la cocina. El presupuesto total para el proyecto fue aproximadamente de 200 000 dólares. Se contrató con la ITDG para que aportara consultores hasta la fecha. El trabajo inicial de diseño y desarrollo fue realizado por un instituto de investigación (RECAST) de la Universidad Nacional. La Dirección de Desarrollo Forestal Comunitario tomó a su cargo la extensión, el seguimiento y la evaluación.

Antes de comenzar el proyecto, la Unidad de Seguimiento y Evaluación (una dependencia de la Dirección de Desarrollo Forestal Comunitario) realizó una encuesta sobre el uso de combustibles. Al principio del proyecto se reunieron más datos sobre las prácticas culinarias locales. A partir de esta información, se modificaron los diseños de fogones de cerámica que se habían desarrollado en Indonesia, Sri Lanka e India y se hicieron pruebas de laboratorio. Los alfareros locales llevaron a la práctica las ideas de los diseños; se produjeron 100 muestras de cada uno de los 3 diseños más prometedores, para su experimentación en tres aldeas. Durante seis meses se procedió a medir sus rendimientos respectivos y a comprobar su grado de aceptación.

Uso del fogón construido para Nepal

Los resultados iniciales en el campo revelaron que uno de los diseños era eficiente en términos energéticos, y gozaba además de una buena aceptación entre la mayoría de la gente. La Dirección de Desarrollo Forestal Comunitario instaló otros 600 fogones en otras aldeas para ampliar las pruebas de campo. Se capacitó a operarios locales para la instalación de los fogones. Inicialmente, no se llevaron a cabo programas formales de seguimiento. El acopio de información corrió a cargo del personal de campo y de la sede, así como del personal del RECAST. Los consultores ayudaron a mejorar los diseños para vencer las dificultades a medida que éstas se presentaban.

Después de unos seis meses, se realizó una encuesta de seguimiento, comprobándose que el diseño básico era aceptable para la mayoría, pero que era preciso perfeccionarlo. Una vez mejorados los fogones, se organizaron programas de capacitación para instaladores y promotores y se emprendió un programa para introducir el nuevo modelo en otras zonas y junto a otros grupos étnicos.

Un año después de iniciarse la fase de expansión, los resultados del seguimiento y de la evaluación pusieron de manifiesto la necesidad de mejorar la capacitación de los extensionistas y los alfareros, así como de establecer un sistema formal de seguimiento para registrar las tasas de producción e instalación, las estimaciones de calidad de la producción y el número de visitas posteriores.

El programa ha entrado ya en la fase de difusión. Una vez al año se procede regularmente al seguimiento y evaluación, y la estrategia de extensión y/o el diseño se adaptan en función de las nuevas necesidades.


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