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Capítulo 1
Antecedentes del estudio

Cómo han cambiado el papel y el repertorio de los forestales

La década transcurrida desde la publicación del decisivo estudio “Forestería para el desarrollo local comunitario” (FAO 1978) ha sido una época de grandes cambios en las prácticas forestales en los países en desarrollo. La profesión forestal ha sentido el imperativo de ampliar su papel tradicional de guardián de los recursos del sector público para abarcar funciones más amplias, variadas y de mayor responsabilidad social en la divulgación y el desarrollo comunal, trabajando cada vez más con personas del sector privado y con pequeños grupos. Estos cambios, conjuntamente con innovaciones concomitantes, tales como el enfoque de los “Sistemas de Unidades Agrícolas”, forman parte de la respuesta a una insistencia generalizada de una mayor participación de la población local en su propio desarrollo.

Estos cambios han exigido la rápida expansión del repertorio forestal, sobre la base de una nueva conciencia de las múltiples contribuciones que hacen y pueden hacer los árboles para el desarrollo rural (FAO 1985). Esta respuesta de adaptación, que aún se encuentra en sus primeras etapas, ha sido facilitada por la importancia central que ha cobrado la agroforestería para investigaciones innovadoras sobre el manejo integral de la tierra (Bene et al 1977, Steppler y Nair 1987) y por la ampliación del ámbito de los programas forestales que tienden a estrechar vínculos con las pequeñas empresas y otros elementos esenciales del proceso de desarrollo rural (FAO 1987, RWEDP 1988).

La terminología empleada para referirse a diversos aspectos de todo este complejo puede ser confusa. Para los fines del presente estudio, observaremos las siguientes acepciones convencionales: a diferencia de la “forestería industrial”, que suele responder a intereses comerciales a la vez que satisface las necesidades en masa de la sociedad de consumo, la “forestería social” es cualquier forma de forestería que está específicamente concebida en beneficio de la población local, sea que ésta participe o no directa y efectivamente en la producción forestal. Por su parte, el “desarrollo forestal comunitario” es cualquier forma de desarrollo forestal de índole social que se basa en la participación directa de la población local en el proceso de producción, ya sea mediante sus propias plantaciones forestales o productos forestales procesados localmente. Hay cuatro formas reconocidas de desarrollo forestal comunitario: la agroforestería, los bosques comunales, las plantaciones en linderos y las pequeñas empresas forestales.

La “agroforestería” está cobrando una vigencia cada vez mayor como un método de plantación de árboles, que también se encuadra en las actividades del técnico forestal dedicado al desarrollo comunitario, si bien este campo debe compartirse con los agrónomos, horticultores, especialistas en ganadería, científicos sociales y otros. El concepto de agroforestería, que para los fines de investigación se ha definido como la integración espacial o temporal deliberada de las especies leñosas perennes con cultivos herbáceos y/o animales en la misma unidad de manejo, está compuesto por interacciones ecológicas y económicas. Para que la agroforestería pueda desempeñar su papel de elemento central de un método integrado de manejo de la tierra, debe reconocerse que muchos de los diferentes sistemas de uso del suelo tienen un denominador común que valdría la pena examinar sistemáticamente; a saber, el aporte y potencial de los elementos leñosos para incrementar, sustentar y diversificar la producción de la tierra (Lundgren y Raintree 1983). La esencia de la agroforestería es una concepción más amplia de la variedad de prácticas silvícolas. A lo largo de este estudio, las palabras “tecnología” y “práctica” se emplearán indistintamente y con el mismo significado.

Algunos investigadores preferirían limitar el término “agroforestería” a aquellas situaciones en las cuales hay interacciones ecológicas mensurables entre los elementos integrantes del sistema a nivel de parcela. Sin embargo, los ecólogos, que estudian procesos ecológicos de mayor envergadura, no están conformes con esta definición, y los trabajadores del desarrollo rural pueden tomar en consideración las interacciones económicas del crecimiento del árbol con otras empresas agrícolas como la más importante definición de un sistema agroforestal (diseñado bajo el mismo conjunto de recursos de tierra, mano de obra y capital al nivel de la unidad de manejo). En este estudio nosotros usaremos agroforestería en el sentido más amplio posible y algunas veces intercambiando con forestería comunitaria a fin de evitar límites artificiales y conseguir un enfoque flexible para la integración de los árboles en las labores de desarrollo rural.

El tema de este estudio ha constituido una prioridad institucional desde hace mucho tiempo en el ICRAF. Tal como se indicó en la conclusión de uno de los primeros planteamientos programáticos de la estrategia investigadora del ICRAF:

Hay un último campo de investigación prioritaria que no se enmarca enteramente en el diagnóstico o en el componente de I y D de los trabajos investigadores del ICRAF, sino que forma una especie de puente entre ellos. Este es el campo de investigación que conduce a la identificación de ideotipos y técnicas de preselección de material vegetal para la agroforestería. El material vegetal seleccionado para incluirse en sistemas viables de cultivos intercalados agroforestales debe satisfacer, de alguna manera, dos diferentes conjuntos de requisitos:

…El esfuerzo por definir el conjunto específico de características biológicas, según las cuales, un componente agroforestal determinado o una combinación de componentes son adecuados en el contexto de las condiciones totales en las cuales se desarrolla el manejo, tipifica, quizás más que cualquier otra actividad de simple investigación, el método del ICRAF para los sistemas agroforestales de uso de la tierra (Steppler y Raintree 1983).

Como un nuevo campo de indagación, la investigación agroforestal ha propendido a concentrarse en interacciones entre componentes a nivel del sistema de producción, y no se ha proyectado mucho hacia el sistema más amplio que los vincule con otros aspectos esenciales como son la elaboración post-cosecha, la comercialización y los mecanismos institucionales de los cuales también deben ocuparse los proyectos de desarrollo forestal comunitario. Sin embargo, ahora que la agroforestería va cobrando mayor vigencia como parte del repertorio técnico de los proyectos de desarrollo forestal comunitario, el trabajo en estos aspectos puede considerarse a la luz de un contexto socioeconómico e institucional más amplio. Es de esperarse que la colaboración entre el ICRAF y el programa Bosques, Arboles y Comunidades Rurales de FAO, expresado en este estudio, constituya un paso hacia una visión más totalizadora del papel que desempeñan los árboles en el desarrollo rural.

El plan de estudios original

La idea original de este estudio surgió de la controversia sobre la utilización del eucalipto en los programas de desarrollo forestal comunitario en la India. En la FAO se estimó que debía contarse con un estudio socioeconómico concomitante para complementar el estudio encargado por la FAO sobre “Los efectos ecológicos del eucalipto” (Poore y Fries 1985). Por interesante que podría haber sido la realización de ese estudio, se pensó que sería más constructivo examinar la cuestión principal de la selección de especies en general. Aunque el Gran Debate sobre el Eucalipto ha subrayado la importancia política de escoger los árboles adecuados para diferentes usuarios y ha sacado a la luz una serie de factores socioeconómicos que pueden incidir en la selección de especies, la mayoría de los observadores concordarían en que el debate mismo ha generado más calor que luz.

En el plan inicial, este estudio se concebía como una investigación empírica de experiencias con diversos árboles que se suelen utilizar en los proyectos de desarrollo forestal y agroforestal. La idea fundamental fue la de consultar la literatura referente a los proyectos para tener conocimiento de los éxitos y fracasos, a fin de determinar cuáles atributos de los árboles los hacen deseables o indeseables para diferentes usuarios en diferentes circunstancias.

Esta estrategia se basó en ciertas presuposiciones respecto de la calidad de la información contenida, que resultaron equivocadas. Se suponía que los trabajos escritos contendrían:

Por medio de esta actividad se esperaba obtener una base empírica para identificar los atributos de los árboles que los hacen deseables o indeseables para diferentes usuarios en diferentes condiciones socioeconómicas. Por desgracia, no fue posible concretar esta aspiración.

Se había previsto que esa literatura tendría información incompleta sobre muchas de las variables consideradas pertinentes para este tipo de evaluación, y que el conjunto de datos relativos a un proyecto no podría abarcar todas esas variables. Se esperaba, sin embargo, que sería posible discernir sobre las principales características y tendencias, aun con información limitada, siempre que los datos existentes pudieran relacionarse con un conjunto de hipótesis teóricamente coherentes sobre la contribución de los árboles en diferentes medios socioeconómicos. Por tanto, el primer cometido del estudio fue el de elaborar un marco de investigación para orientar la consulta de la literatura.

La atención se centró en tres cuestiones principales:

  1. ¿Cuáles son las especies arbóreas y arbustivas que suelen recomendarse más para los proyectos de “desarrollo forestal comunitario”, “desarrollo forestal social” o “agroforestería”, o para cualquier otra categoría de proyecto con un componente de “plantación de árboles por poblaciones rurales”? Se pidió a quienes consultaban la literatura llevar la cuenta de la frecuencia con la cual se recomendaban diferentes árboles para la plantación.

  2. ¿Qué nos dice la literatura de los proyectos respecto de cuáles especies ha dado buenos o malos resultados y por qué? Se pidió a los investigadores auxiliares que buscaran constancias de los “beneficios” o “dificultades” reconocidos y referentes a la selección adecuada o inadecuada de especies arbóreas per se, y que señalaran la literatura pertinente para una atención especial. A fin de situar la cuestión de la selección de especies en un contexto apropiado, también se les pidió anotar todas las indicaciones de “otras razones” por las cuales los trabajos de plantación de árboles dieron buenos o malos resultados (p. ej., factores aparte de los atributos de los árboles per se; p. ej. dificultades en el manejo del proyecto, distribución de los beneficios, conflictos de tenencia, etc.).

  3. ¿Qué otras pautas existieron para la selección de los árboles o para los análisis sistemáticos de los “atributos socioeconómicos” de los árboles? (p. ej., ¿cuáles son los estudios precursores de éste?).

El marco de indagación incluyó una lista de referencia de los factores considerados importantes para el éxito o fracaso de los trabajos de plantación de árboles (véase el Apéndice A) conjuntamente con numerosas ilustraciones. Esta lista tuvo por objeto ayudar a quienes consultaban la literatura para que reconocieran y extrajeran la información pertinente.

Por desgracia, tuvo que abandonarse el plan de ataque basado en este marco de indagación, por cuanto se volvió evidente que, con pocas excepciones, los datos sobre el historial de los proyectos eran totalmente insuficientes para el análisis contemplado. Si bien se obtuvo muchos conocimientos generales y una buena familiarización con la literatura mediante las actividades de indagación, los vacíos en la documentación de los proyectos fueron demasiados y muy importantes para sustentar dicho análisis. Esa constatación en sí puso de relieve la urgente necesidad de contar con proyectos que se ocupen más detenida y sistemáticamente de la cuestión de selección de especies.

La plantación indiferenciada de árboles

Lo que falta en la documentación de los proyectos es casi tan revelador como lo que esta contiene. Con pocas excepciones, la literatura de los proyectos entrega poquísima información sobre el contexto socioeconómico de la selección de especies y, en su mayoría, no ofrece ninguna explicación sistemática respecto del razonamiento que justifica la selección. Lo que se desprendió de toda la consulta de la literatura fue la pasmosa despreocupación con la cual la mayoría de los proyectos silvícolas trata toda la cuestión de la selección de especies. En todo lo escrito sobre los proyectos se demuestra poca o ninguna conciencia de que hay diferentes clases de usuarios de árboles y que los propósitos de la plantación de árboles pueden variar no solo según el tipo de árbol sino también según el tipo de usuario. La documentación de los proyectos demuestra que, en lugar de un criterio sistemático para la selección de especies, hay una tendencia generalizada a promover “la plantación de árboles” de manera indiferenciada, ¡como si todos los árboles fueran iguales!

Paradójicamente, esta falta de atención sistemática a la selección de especies ha dejado abierta la puerta para que aparezcan marcadas preferencias por una u otra especie. Sin duda, la práctica silvícola predilecta de los proyectos y, también, la más controvertida que jamás haya sido promovida por los proyectos es la plantación de bosquetes de eucalipto. ¿Qué mejor oportunidad para tener luz sobre los atributos socioeconómicos de los árboles?

El plan del presente estudio

Este estudio se concentrará, específicamente, en la cuestión de saber cuáles son las características de importancia socioeconómica de los árboles y cómo se integran en el esfuerzo por hacer una selección no prejuiciada de especies arbóreas para diferentes usuarios y circunstancias. El objeto práctico de este estudio, menos empírico y más orientado a lo conceptual, es el de explorar el tema para llegar a un esquema de toma de decisiones que pueda contribuir a mejorar el nivel de calidad de la planificación y documentación de proyectos.

El Capítulo 2 procura esclarecer lo que significa, realmente, el concepto de los “atributos socioeconómicos de los árboles”. Luego de una reseña, a modo de introducción, de las diversas maneras en las cuales puede “errarse” en la selección de especies para un ambiente socioeconómico determinado (poniendo de manifiesto, así, algunos de dichos atributos de estos árboles), se examina el tratamiento de los atributos de los árboles, los ideotipos y las especificaciones que figuran en la literatura.

El Capítulo 3 analiza el “gran debate sobre el eucalipto” en la India, pero sin el propósito idea de llegar a una conclusión definitiva respecto de la bondad o no bondad del género en sí (la mayor parte del debate en la India versó sobre E. tereticornis), sino más bien, para aprender lo que se pueda del debate a fin de dilucidar las diversas maneras en las cuales los árboles y las prácticas de plantación de árboles podrían ser adecuadas o inadecuadas para uno u otro medio socioeconómico. El capítulo demuestra cómo la controversia sobre el eucalipto es solo en parte una cuestión de selección de especies, y enumera los principales problemas planteados en el curso del debate. Demuestra, además, cómo aquella parte del debate referente a la selección de especies se ha complicado porque está inserta en toda una serie de decisiones mutuamente relacionadas, pero independientes, sobre otros aspectos de la tecnología de plantación de árboles. Por cuanto la falta de tierras fue uno de los principales factores para la no adopción de la agroforestería por una buena parte de los beneficiarios presuntos del programa de desarrollo forestal social, el capítulo incluye una breve reseña de determinadas intervenciones alternativas que tienen la capacidad de llevar los beneficios de la plantación de árboles a quienes carecen de tierras.

Con lo aprendido del debate sobre el eucalipto y con el propósito de evitar controversias semejantes en el futuro, el Capítulo 4 propone un marco sencillo de toma de decisiones que permita un criterio no prejuiciado para la selección de los árboles y de las prácticas de plantación de árboles basadas en “el punto de vista del usuario”. El algoritmo de decisiones en dos tiempos presentado en este capítulo se sustenta en una extensa recopilación de documentación complementaria y de ayudas para la toma de decisiones, que figuran en los apéndices. En el primer tiempo se establece una correspondencia entre las tecnologías de plantación de árboles y los usuarios, mientras que en el segundo se logra una concordancia entre las especies arbóreas y las tecnologías.

En el anexo A, hay una lista mínima de referencia diagnóstica, que sirve para detectar los puntos neurálgicos de una plantación de árboles problemática, a fin de determinar por qué hubo problemas. El anexo B describe, someramente, las diversas opciones de plantación de árboles de las cuales disponen los planificadores y ejecutores de proyectos. Enumera los posibles usuarios, funciones y lugares de plantación de los árboles y la mecánica operativa, y las opciones de manejo de los árboles; aspectos que, en sus varias combinaciones, definen el repertorio ampliado del nuevo profesional forestal. El anexo C contiene material de consulta, que sustenta el concepto de una tecnología que esté acorde con los usuarios. El anexo D apoya este concepto de que los árboles sean los adecuados para la tecnología aplicada, mediante una lista indicativa de especificaciones de los árboles para una gran variedad de tecnologías silvícolas.

Características atribuidas: El árbol “chorizo” de Kenia (Kigelia)


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