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INTRODUCCION

Aun cuando los bosques han constituido la fuente básica para obtener algunos de los insumos mas importantes para el sistema de vida de las comunidades rurales, en la mayoría de los países, se ha prestado poca atención a proporcionar medidas de apoyo que permitieran mantener los recursos forestales locales necesarios. Sin embargo, durante la última década, la creciente preocupación por el suministro de energía, la pobreza rural, la degradación del medio ambiente y la escasez de alimentos, han ayudado a crear una mayor conciencia de la magnitud e importancia que tienen las especies arbóreas y sus productos al contribuir directamente al bienestar de la población rural en los países no industrializados.

Esta mayor conciencia ha aumentado la preocupación por el impacto de la deforestación sobre las disponibilidades locales de los bienes y servicios necesarios del bosque, tales como leña, forraje, alimento y protección de la tierra agrícola. Como producto del aumento de la presión demográfica en el medio rural, la superficie boscosa que se dedica al uso de cultivos migratorios o se tala para asentamientos agrícolas es cada vez mayor. Los bosques densos tropicales se están reduciendo a un ritmo anual de unos 7.5 millones de hectáreas y los bosques ralos a un ritmo de 3.8 millones de hectáreas (Lanly, 1982). Además los bosques y sobre todo los terrenos boscosos, parcelas forestales y los árboles aislados fuera del bosque, se ven sometidos a muchas otras presiones que los conducen a su disminución y eliminación.

El desequilibrio entre las necesidades locales y la disponibilidad de productos forestales están ejerciendo una influencia negativa creciente sobre los terrenos boscosos y los árboles de enorme magnitud. Por ejemplo, se ha estimado que si la tendencia actual del crecimiento demográfico, el agotamiento de los recursos forestales y el nivel de los programas de plantaciones continúan sin cambios, el número de campesinos afectados por la escasez de leña aumentara de unos 1.150 millones en 1980 a cerca de 2.400 millones en el ano 2000 (de Montalembert y Clement, 1983).

Los efectos de la escasez de leña es uno de los problemas que ha recibido mayor atención; sin embargo, la disminución de las disponibilidades de los recursos forestales puede tener consecuencias iguales o peores que ésta. La escasez de madera y postes para la construcción de viviendas, que requieren ejemplares de mayor tamaño y de mejor calidad que los utilizados para leña, tiende a manifestarse rápida y mas claramente que la escasez de esta última. Productos del bosque, tales como el forraje o los alimentos humanos provenientes de determinadas especies, pueden agotarse incluso con mayor rapidez. Probablemente, lo mas grave de todo es el daño al medio ambiente, que se deriva de la descontrolada eliminación de la cubierta boscosa, la cual en algunos lugares ha alcanzado el punto de ser una amenaza para el suelo y el agua que son la base de los productos alimenticios. Como respuesta a algunas de las inquietudes mencionadas, se ha tratado de incrementar aquellas actividades que estimulan y apoyan una mayor plantación de árboles con el fin de satisfacer las necesidades de la población rural.

Los programas de reforestación orientados a proporcionar leña y otros productos forestales para las comunidades rurales, no son nuevos. Normalmente, ellos han caracterizado notablemente las actividades de los servicios forestales, aun cuando en las dos últimas décadas han tendido a quedar en segundo plano, debido a la prioridad concedida a las plantaciones industriales. Lo que es nuevo en los programas recientes, es el reconocimiento de que la magnitud y extensión de las necesidades rurales en relación a la cubierta forestal, son ahora tan grandes que sólo pueden ser cubiertas por un sistema basado en la autoayuda de la población misma, y que para asegurar dicha participación, la plantación de árboles deberá ser hecha en forma que parezca atractiva para la gente.

Muchos de los programas diseñados para estimular y apoyar tales actividades están actualmente en operación. Debido a que la mayoría de ellos son muy recientes y son pocos los que han tenido suficiente tiempo para completar todo un ciclo de producción y utilización, aún no se conocen cuales son los requisitos necesarios para conseguir el éxito en las actividades forestales comunitarias. Este proceso está aún en su fase inicial; sin embargo, se esta acumulando experiencia rápidamente.

Esta experiencia ha sido bastante variada. En la práctica son pocos los proyectos y programas que se han desarrollado exactamente como se hablan previsto en un comienzo, y aún son menos los que se pueden juzgar como de un éxito rotundo. No obstante, algunos logros reales, planeados o no, han sido notables. Por ejemplo, el programa de aldeas forestales de la República de Corea, en cinco años logró que aproximadamente dos millones de socios pertenecientes a 22.000 cooperativas aldeanas, plantaran más de un millón de hectáreas en las parcelas locales. También en la India, como respuesta al rápido crecimiento de las actividades en las fincas forestales, el gobierno está proporcionando más de 1.200 millones de plantas al ano. Se podrían citar muchos otros ejemplos.

Por otro lado, el rápido aumento del volumen de información acerca de lo que se ha logrado y de lo que no ha tenido éxito, esta comenzando a proporcionar nuevas ideas sobre el cultivo de árboles practicado por los agricultores y serla deseable intentar una revisión sistemática de todas las actividades en este campo. Entre las observaciones que han surgido, las mas importantes son las siguientes:

- las innovaciones forestales en el medio rural deben basarse en la comprensión de las practicas tradicionales del manejo de los árboles y de los conocimientos autóctonos, tanto de hombres como de mujeres, así como también del porqué la introducción de una nueva estrategia de manejo es necesaria;

- los agricultores generalmente cuidan o plantan árboles no sólo para proveerse de leña, sino además de muchos otros productos;

- los objetivos por los cuales se cultivan y utilizan los árboles son muy variados y obedecen & distintas situaciones; se necesita entonces que estor objetivos sean logrados mediante diferentes estrategias más que de una sola “comunal” o de “fincas” forestales;

- el cultivo de árboles genera diferentes beneficios y costos a los distintos sectores de la comunidad; esto no quiere decir que todos participarán en igual forma o del todo de los beneficios.

El propósito de este estudio es ayudar a clarificar éstos y otros temas que van surgiendo de la experiencia adquirida hasta la fecha.

Contexto del estudio

Cómo mantener o aumentar los recursos forestales locales es el tema principal de este informe; es decir, éste se refiere al establecimiento y manejo de árboles adicionales o de reposición con la participación de la población del lugar y con actividades de autoayuda. Tal como se ha sugerido antes, sólo coordinando los intereses locales con los recursos, pueden llevarse a cabo las acciones necesarias para alcanzar el objetivo. La característica común de las distintas experiencias analizadas aquí, es la motivación y participación de la población local, la cual a su vez fue el principal componente en su planificación y ejecución. Por lo tanto el estudio se centra en este proceso de participación y en el marco institucional necesario para estimularla y apoyarla.

Es conveniente situar este tipo de actividad dentro de un contexto mas amplio de sistemas alternativos que permitan mantener los suministros locales de productos forestales. Cabe señalar que no todos estos productos se obtienen necesariamente plantando árboles; la conservación y manejo de los bosques y terrenos boscosos podría ser una respuesta mas apropiada. En realidad hay razones para sospechar que con excesiva frecuencia se pasa por alto o se descarta esta opción, o bien se abandona demasiado pronto en favor de la tarea, aparentemente mas fácil, de establecer recursos mediante la plantación.

En los lugares donde es necesario plantar, los campesinos no tienen porqué encargarse de realizar por si solos todas las tareas de plantación. Los servicios forestales y otras entidades gubernamentales y privadas continúan siendo responsables de eran parte de las actividades de reforestación rural. En la práctica, hay una serie de sistemas alternativos de cultivo de árboles que combinan los intereses de la colectividad y de los participantes locales, con los de la entidad oficial. Uno de éstos es el sistema taungya que permite a los campesinos establecer plantaciones mediante el acceso temporal a terrenos fiscales. Otro, es el establecimiento de parcelas forestales en aldeas rurales, bajo la iniciativa del gobierno con el propósito de satisfacer las necesidades locales. Los capítulos que siguen tratarán sobre este tema sólo en la medida que ayude en la decisión de compromiso y participación de la población rural. No obstante, deberá tenerse presente que existen tales opciones.

Ahora es necesario considerar también otro aspecto mucho más amplio: éste es el de los limites dentro de los cuales se puede esperar razonablemente que el cultivo de árboles por la gente, contribuya a satisfacer las necesidades que tradicionalmente han sido cubiertas por los productos del bosque. Así, la posibilidad de practicar la arboricultura no es asequible a todos los agricultores. Hay un eran número de personas sin tierra y una variedad de impedimentos que limitan a muchas de ellas, el acceso a esta para practicarla; por otro lado, aun cuando otras poseen tierras, existen factores materiales y económicos que les impiden poder hacerlo; y en otros casos, restricciones institucionales las excluyen de poder participar. Incluso algunas personas pueden ser afectadas por el hecho que, tierras a las cuales tenían acceso en el pasado han sido asignadas a otros para que los cultiven.

No todos estos obstáculos y limitaciones son inalterables, y evidentemente uno de los objetivos de la intervención gubernamental deberá ser ampliar el acceso a los beneficios que se obtienen de los árboles y del cultivo de ellos. Aun cuando los proyectos y programas individuales normalmente deben ser formulados y ejecutados dentro de un marco más bien limitado, es importante no perder de vista aquellos aspectos que tienen un carácter mas amplio.

Organización del estudio

El estudio ha sido organizado teniendo en cuenta tres objetivos: en primer lugar, estudiar el contexto en que se ha hecho necesaria la introducción de innovaciones forestales en el medio rural; luego, analizar las distintas estrategias que han sido consideradas para fomentar el cultivo de árboles a nivel local: y por último, discutir la programación, planificación y problemas institucionales que han sido características dominantes de estas experiencias.

La parte I analiza las tradiciones en el manejo del medio ambiente rural que mantenían un balance adecuado entre el consumo de árboles y otros usos de la tierra, equilibrio que se ha debilitado notablemente debido a las crecientes presiones demográficas, sociales y económicas. Examina la necesidad de la introducción de innovaciones en las actividades forestales y sugiere que hay una variedad de respuestas a la escasez de especies arbóreas. Estas respuestas dependerán en primer término, de la capacidad que tenga el sistema de manejo existente para hacer frente a las crecientes presiones sobre estos recursos y a los obstáculos que puedan Impedir que la población cultive y maneje el número adecuado de árboles. Es muy raro que la necesidad de intervenciones de cualquier tipo esté bien definida. En consecuencia, muchas veces es mejor trabajar basándose en sistemas tradicionales de manejo que ya existen, en lugar de introducir estrategias forestales que son radicalmente nuevas.

La Parte II trata sobre los distintos enfoques que se han adoptado para llevar a cabo las actividades de cultivo y manejo de árboles con la participación de la gente. Se requieren diferentes estrategias para alcanzar los objetivos que persigue la población por medio del cultivo de los árboles, pensando en los diversos modelos de propiedad y control de la tierra, en los recursos arbóreos y en adaptar los planes de la institución local para su manejo. Se definen tres estrategias principales de actividades comunitarias: la primera se refiere al cultivo de árboles llevado a cabo mediante una administración colectiva o una dirección de organizaciones comunales; la segunda, a la plantación de árboles y su manejo a nivel de fincas individuales para proveer productos destinados a uso doméstico o familiar; y la tercera, a las fincas forestales para la producción de cultivos comerciales.

1) Con el futuro al hombro

2) Productos de los árboles

La Parte III cubre el marco de acción de los sistemas gubernamentales e institucionales, dentro del cual funcionarán la mayoría de las actividades forestales comunales y de fincas. Se tratan aspectos específicos de programación, planificación y proyección que incluyen: análisis económico en el proceso de preparación de proyectos, perspectivas del agricultor en relación al cultivo de árboles en la economía agrícola rural, la necesidad de seguimiento y evaluación de los programas forestales rurales, medidas institucionales, y enfoques de extensión y educación. También abarca la función de los servicios forestales y organizaciones privadas.

La gran experiencia que se presenta en el estudio, refleja una gama de situaciones bastante variada, en las cuales la gente se dedica al cultivo de árboles. Uno de los objetivos de este informe ha sido definir clasificaciones de sistemas y estrategias en forma amplia. Al mismo tiempo, debido a que cada situación ha demostrado en cierta medida ser única, es preciso tratar cada una de ellas en forma individual. Como no existen recetas universales que puedan aplicarse a todos los programas, hay que definir y estructurar cada uno en función de las necesidades, aspiraciones y posibilidades particulares de la gente involucrada, así como también hay que considerar el vasto marco de acción de las instituciones y políticas tanto locales como nacionales. Por lo tanto, éste no es un manual, ni pretende dar líneas particulares de acción que deban ser seguidas. Sin embargo, se espera que proporcione un caudal de conocimientos que favorezca los intereses relacionados con los programas de apoyo para los hombres y mujeres que viven en el campo y que participan en el cultivo de árboles, y que les ayude a definir, planificar y administrar tales programas.


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