Página precedente Indice Página siguiente


Empleo en el sector urbano informal de las industrias de la madera: Resumen de estudios de la OIT

por

B. Strehlke
Secretario de la OIT, Ginebra

Introducción

En el curso de la Primera Sesión del Comité Forestal y de las Industrias de la Madera de la OIT llevada a cabo en 1985, la OIT presentó un informe sobre el logro del empleo total en las industrias de la madera, para ser discutido en el Comité. La información disponible para la preparación del informe del Comité se basó casi exclusivamente en el sector formal. Sin embargo, puesto que el sector informal de las industrias de la madera desempeñan un papel importante en muchos de los países en vías de desarrollo, se trató de conseguir información específica sobre esta parte de la industria. Se hizo llegar una pauta a una cierta cantidad de oficinas de la OIT, con lo que se prepararon cinco estudios de caso, sobre la industria de la madera en general para la Côte d’Ivoire, India y Perú, y sobre mueblería en las Filipinas y México. A continuación se resumen los resultados principales de estos informes, que se refieren principalmente a la ocupación urbana.

Hallazgos principales

Características generales del sector informal

No hay una definición neta sobre lo que es el sector informal, y, por lo tanto, los estudios que lo tratan son difíciles de comparar. La producción informal normalmente escapa del control del gobierno y no se disponen, por lo general, de estadísticas oficiales. Las empresas informales por lo general emplean menos de cinco personas y raramente más de diez. Sus condiciones de trabajo son deficientes. Sus talleres y equipos son normalmente muy sencillos. Las capacidades de manejo y técnica son limitadas. Las finanzas, la provisión de materia prima y la comercialización tienden a crear problemas y aun así, el sector tiene una notable capacidad de producir puestos de trabajo, y de proporcionar bienes básicos y servicios, principalmente al sector más pobre de la población.

En el curso de períodos de actividad económica deprimida, el sector informal tiende a mostrar una vitalidad particularmente elevada, con adaptabilidad y dinamismo. Proporciona a menudo el 50 por ciento o más de los empleos urbanos, y además, desempeña un papel importante en la ocupación rural. Por estos motivos, en los últimos años este sector ha atraído siempre más interés para enfrentar el creciente número de gente en busca de trabajo.

El sector informal no está organizado ni al nivel de empleador ni al de los trabajadores. Las organizaciones de los trabajadores del sector formal deploran las pobres condiciones de trabajo
y los bajos salarios existentes en el sector informal, y recomiendan que en el marco de la política de la ocupación, deben tomarse medidas que aseguren la transferencia gradual de las empresas desde el sector informal al formal.

Sin embargo, en muchos países en vías de desarrollo, en las circunstancias actuales, no hay indicaciones de que en términos breves o medios se concretarán transferencias sustanciales del sector informal al formal. Por lo tanto, la promoción y la asistencia al sector informal deberá continuar prestando especial atención a su estructura específica.

El sector formal viene normalmente subdividido en empresas pequeñas, medianas y grandes. A medida que aumenta el tamaño de la empresa, normalmente aumenta el control, pero también su promoción por parte del gobierno. Las empresas formales en pequeña escala pueden enfrentarse hasta un cierto punto con problemas similares a los del sector informal. Sin embargo, la línea divisoria entre los dos consiste en el hecho de que este último es dejado más o menos completamente solo, mientras que el formal tiene acceso más fácil a la asistencia. Especialmente en áreas urbanas, existen vínculos entre el sector formal e informal. En los períodos de dificultades económicas, cuando el sector formal está obligado a reducir la mano de obra, ésta puede ser parcialmente absorbida por parte del sector informal en una base temporaria o permanente. Las habilidades adquiridas en el sector formal se ponen por lo tanto en práctica en el sector informal. Además, el sector informal a veces trabaja para el sector formal por medio de subcontratos.

Cuando la actividad industrial es un proceso secundario de la madera, el grueso de la producción tiende a consistir en muebles básicos como sillas, camas, mesas y roperos fabricados contro orden y vendidos localmente por el mismo propietario del taller, y sólo raramente por medio de comerciantes. La mayoría de los compradores son gente pobre, de manera que los precios y la calidad de los productos son inferiores a los del sector formal. La reparación de muebles también juega su papel.

Tamaño del sector informal

Para el sector secundario de elaboración de la madera, se disponen de ciertos datos de Côte d’Ivoire que comparan el sector formal con el informal. El primero, en 1974, se acreditó 8 100 puestos de trabajo y 7 139 para 1981. En el sector informal, la ocupación en los poblados con más de 10 000 habitantes sumó 3 487 puestos de trabajo en 1976, alcanzando a los 5 921 puestos en 1984. Incluyendo una estimación adicional del 30 por ciento en las áreas rurales, el sector informal, sin duda, ha superado ahora al sector formal en términos de cantidad de puestos de trabajo, y muestra buenas perspectivas para un ulterior crecimiento, mientras que en los últimos años la ocupación en el sector formal ha tenido la tendencia a estancarse. Como término medio, un taller informal ocupa tres personas, incluyendo el propietario, un obrero pagado y otro sin salario, por lo general miembro de la familia.

Pesando leña para su venta.

En Perú, el sector informal de Lima fue estudiado en 1984. De una muestra de 1979 “mini empresas”, 67 estaban destinadas a la elaboración de la madera. Si los resultados se extienden a toda Lima, se llega a un total de 8 110 talleres madereros informales que ocupan como término medio a 2,5 personas y que proporcionan un total de 20 275 puestos, 4 veces más que el sector formal de la mueblería y 2 veces el sector formal de las industrias madereras para todo el país. Esta ocupación creció rápidamente durante el período de la depresión económica, tal como las de los años 1965-69 y 1980-84, cuando el sector formal enfrentaba dificultades. Hay vinculaciones obvias entre los dos sectores, en cuanto a que los obreros del sector formal parece que se trasladan al informal; u obreros empleados en el sector formal trabajan horas extras en talleres informales.

En México, en 1975, 4 268 talleres de muebles, o sea el 84 por ciento, ocuparon 5 personas o menos. Algunos de estos pequeños talleres se hallaban en el sector formal, si bien algunos de los más grandes exhíben las características del sector informal. La información estadística disponible no permite hacer una clasificación precisa. Como consecuencia de la recesión económica, la producción de muebles decreció de un 25 por ciento entre 1981 y 1984. Los talleres pequeños sufrieron probablemente menos que los más grandes con motivo de esta reducción.

En las Filipinas, un estudio llevado a cabo en 1978 indicó que de un total de 2 357 fabricantes de muebles registrados, 1 718 o casi 3/4 partes, empleaban 10 personas o menos. Se consideró que estas firmas caían mayormente dentro del sector forestal.

En India dentro del área urbana del territorio Unión de Delhi, la ocupación en las industrias de la madera sumaron, en 1980, la cantidad de 9 865, de las cuales el 25,7 por ciento consistía en empresas con 1-2 empleados, 49,9 por ciento en empresas con 3-9 empleados y sólo el 24,4 por ciento en empresas con 10 o más empleados. El sector informal proporciona mucha más ocupación que el sector formal y es indispensable para proporcionar a los ciudadanos de Delhi productos de la madera a bajo costo.

Características de los obreros y condiciones de trabajo

El nivel educacional de las personas empleadas en talleres informales que elaboran la madera es comúnmente bajo. En Côte d’Ivoire, el 67,2 por ciento de las personas empleadas no han ido nunca a la escuela. La capacitación en el trabajo de la madera se da generalmente trabajando (sobre la tarea). El estudio de Perú halló que el 37,3 por ciento de los propietarios de talleres habían adquirido cierta capacitación durante previos trabajos en el sector formal, el 34,3 había sido capacitados por miembros de sus familias, y solamente el 3 por ciento había sido sometido a un entrenamiento regular vocacional. El porcentaje de jóvenes obreros parece ser elevado, muchos de ellos siendo considerados “aprendices”. En México, el 47 por ciento de las personas que trabajan en el sector informal tienen entre 12 ó 24 años, mientras que en el sector formal la cifra correspondiente es del 25 por ciento. Esta puede ser una de las razones por la que la mano de obra tiene un rendimiento elevado. En las Filipinas, los obreros se quedan en el sector informal solamente un promedio de 5 años.

Las condiciones de trabajo en el sector informal se caracterizan por salarios bajos, falta de seguridad social, riesgos de accidentes más elevados, trabajo físico pesado, largos e irregulares horarios de trabajo. En la Côte d’Ivoire, los horarios semanales de trabajo fluctúan desde 40 hasta más de 100 horas; dándose una media de 66. En México, el 40 por ciento de la gente empleada en el sector informal gana menos del 50 por ciento del salario legal mínimo, mientras que el 63 por ciento de los obreros del sector formal gana más de 2 veces el salario mínimo. Los propietarios de los talleres a menudo confiesan ignorar la necesidad de mejores condiciones de trabajo, la mayor productividad y mayor satisfacción del trabajo que de ello derivaría.

Problemas clave y soluciones probables

Uno de los problemas más graves del sector informal es el financiero. La mayoría de los propietarios no llevan libros y no son candidatos para créditos bancarios. El aspecto financiero, por lo tanto, deriva por lo general de sus propios recursos o de miembros de la familia y de amigos, como en Perú (el 77,6 por ciento y 7,5 por ciento respectivamente). La principal fuente es recurrir a prestamistas privados que por lo general exigen tasas de interés excesivas.

En parte porque estas fuentes “informales” financieras no pueden alcanzar sumas muy grandes, el capital fijo industrial es muy modesto. De las 67 empresas estudiadas que elaboran madera en el Perú, en treinta casos éste alcanzó a menos de 967 dólares EE.UU. y en sólo 5 casos a más de 9 678 dólares EE.UU. La mayoría de los empresarios de los talleres tiene que conformarse con herramientas sencillas u obtener equipo muy simple, que a menudo se compra usado. Hay problemas de respuestos y mantenimiento. Entre los fabricantes de muebles en Filipinas el 12,1 por ciento tiene herramientas eléctricas portátiles. En el Perú, aun los talleres más chicos emplean, por lo general, herramientas portátiles eléctricas para aserrar, perforar y lijar y tienen un pequeño torno y una máquina cepilladora sencilla. En otros lugares, las herramientas eléctricas son raras, predominando las herramientas sencillas a mano.

Especialmente en las áreas urbanas son comunes los problemas de conseguir adecuada madera como materia prima. La madera disponible a menudo no está seca, y el conocimiento del empresario de las diferentes especies, sus usos y tratamientos específicos es a menudo insuficiente. Los precios de la madera tienden a ser elevados y por este motivo también se emplea madera de desperdicios como material de empaque. A veces, sin embargo, la madera se compra cepillada y recortada a la medida.

Con respecto a soluciones para los problemas del sector informal y a medidas para reforzar estas actividades, hay un consentimiento general sobre las áreas más importantes que requieren ser atendidas: abastecimiento de materia prima, crédito y capacitación. Sin embargo las sugerencias para su mejoramiento difieren según las circunstancias locales. La persona clave implicada es el propietario del taller, y el mejor camino para encarar sus problemas en muchos casos es el método de cooperativa. La asistencia institucional es deseable siempre que sea flexible y respete las condiciones especiales que permitan al sector informal operar.

En lo que se refiere al abastecimiento de materia prima, las barracas para madera pueden ser útiles, donde los precios y las calidades son razonables y donde la madera puede ser cortada a la medida y secada. Tales barracas podrían también recoger, clasificar y distribuir desechos de madera de los aserraderos, para los cuales hay aún muchos usos en el sector informal.

El acceso al crédito, bajo plazos y condiciones razonables, será necesario no solamente para los talleres informales elaboradores de madera, sino también para el sector informal en general. Ello podría ser asociado con el asesoramiento en la manutención de libros y de manejo general del negocio. La participación de las instituciones públicas podría ser necesaria para atender estos asuntos.

Con respecto a la capacitación, el sector informal requiere evidentemente enfoques no formales, que lleguen a propietarios de los talleres, a los “aprendices” y a los obreros. Debe hacerse hincapié en la instrucción a corto plazo dentro de los mismos talleres interesados, concentrándose en actividades específicas, donde cambios sencillos pueden ayudar a aumentar la productividad, mejorar la utilización de materia prima, reducir el tiempo inactivo de las máquinas, mejorar la calidad del producto y promover mejores condiciones de trabajo.

A largo plazo, se requerirán normas legales en favor del sector informal que favorezcan una más alta productividad y mejores condiciones de trabajo, y que eviten limitaciones excesivas derivadas de exigencias administrativas o de impuestos.

Por último, pero no menos importante, las organizaciones de empleadores y de obreros en la industria formal de la madera no deberán considerar al sector informal como un cuerpo extraño interesado sólo en una competencia desleal y en trabajos clandestinos bajo condiciones de trabajo inaceptables, sino como un socio que requiere, en lo posible, integración a la industria, en general, para el beneficio de todas las partes interesadas.

Conclusiones

Los resultados de los estudios de caso - si bien se refieren al contexto urbano más que al rural - concuerdan con los del estudio de la FAO sobre la contribución de las pequeñas empresas elaboradoras de productos forestales en la ocupación de mano de obra rural, no agrícola, y en el ingreso generado en un grupo selecto de países en vías de desarrollo, publicado en 1985 1. En efecto, el informe de la FAO se basa principalmente en datos de pequeñas empresas con menos de cinco empleados, que en general serían empresas informales en el sentido de los estudios de la OIT.

1 La contribución de las pequeñas empresas elaboradoras de productos del bosque a la ocupación rural, no agrícola y el ingreso generado en un grupo selecto de países. Documento FO: MISC/85/4, FAO. Roma (1985).

Surge que es necesario seguir diferentes caminos para encarar los problemas de los sectores formales e informales. Parecería deseable discutir y clarificar esta interrogante.

Puesto que los datos sobre el sector informal en las industrias de la madera son escasos, la información recogida por los estudios de la OIT está siendo reunida para ser distribuida en mayor detalle. También se ha previsto completar, en lo posible, los estudios, y darles un seguimiento en el contexto de las actividades corrientes operativas de la OIT.

Un área que también debería ser atendida en este contexto es la del aserrado a mano que continúa desempeñando un papel importante en muchos países en vías de desarrollo y que proporciona materia prima a los carpinteros rurales y a los fabricantes de muebles.

Lista de estudios de casos de la OIT resumidos

Mertens, L.

El sector informal de la manufactura de muebles de madera en México.

Salas Ciminago, E.

La ocupación en el sector formal e informal de las industrias madereras en Perú.

Lantican, C.B. et al.

Informe sobre la ocupación en el sector informal de la industria del mueble de madera y carpintería en Filipinas.

Anderson, R.

Ocupación en el sector formal e informal de las industrias de la madera en la Côte d’Ivoire.

Kacker, B.N. y Darwar, J.S.

Ocupación en las industrias madereras especialmente en el sector informal.


Página precedente Inicìo de página Página siguiente