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Capítulo 3
¿Qué podemos aprender del gran debate sobre el eucalipto?

La tormenta levantada en torno al eucalipto, cuyo punto de mira fueron los programasde desarrollo forestal social de la India, debe considerarse como uno de los capítulos más interesantes en la breve historia del desarrollo forestal social. Ya que los debates apasionados sobre el polémico tema continúan, al plantear el tema se corre el gran riesgo de alterar el ánimo de los lectores, diga lo que se diga al respecto. Empero, nuestro propósito no es el de entrar en el debate a favor de uno u otro lado, y ni siquiera el de hacer un recuento de los varios argumentos en contra y a favor, sino el de identificar la problemática en que se han centrado los debates para buscar la luz que éstos podrían arrojar sobre los atributos socioeconómicos de los árboles y las prácticas silvícolas.1

Debemos comenzar por reconocer la paradoja fundamental sobre la cual se levanta la controversia. Por una parte, la plantación de eucaliptos parece haber dado resultados excelentes. Las tasas de adopción han sido singularmente excepcionales, la cantidad de plántulas calculadas para la distribución ha sido superada en muchos proyectos y, según las criterios económicos que se suelen emplear, muchas plantaciones de eucalipto han arrojado rendimientos muy positivos en relación con la inversión (relaciones de costo/beneficio >5, tasas de rendimiento interno >50%). Por otra parte, ningún árbol ha sido tan vilipendiado y tan enérgicamente criticado como el eucalipto, hasta tal punto que, en concentraciones de protesta contra del eucalipto se han arrancado miles de esos árboles. ¿Qué está sucediendo, entonces?

Por desgracia, el debate mismo, tal como lo han llevado los medios de comunicación social en la India, poco ha hecho para resolver la paradoja. Cada argumento tiene igual argumento contrario. Para cada prueba, hay una prueba de lo contrario. Una vez que se hayan calmado los ánimos, ¿dónde encontraremos la verdad?

1. En una versión anterior y mucho más larga de este capítulo se intentó presentar mayores detalles sobre los argumentos en pro y en contra divulgados por los medios de comunicación de la India sobre la plantación de eucaliptos. Pero, el debate sigue siendo tan álgido que, no obstante la intención de presentar una visión objetiva e imparcial de ambas partes, el simple relato de los argumentos suscitó una respuesta tan partidista a ese borrador inicial, que amenazó con debilitar el propósito principal de este estudio; a saber, el de proponer una manera para evitar esas controversias en el futuro. Por tanto, en esta versión final se han omitido los detalles de los argumentos y toda referencia a fuentes de información controvertidas, si bien se las reconoce en la lista de referencias consultadas. Aquí sólo se presentan las conclusiones del análisis en cuanto son necesarias para extraer las principales repercusiones para el presente estudio.

Es más que una cuestión de selección de especies

Al examinar la problemática con mayor detenimiento, se desprende que, pese al sentido más bien ecológico dado al debate, muchas de las cuestiones de fondo son de carácter social y económico. Ostensiblemente, el debate versaba sobre la selección de especies pero, en realidad, una gran parte se centró en el eucalipto como el símbolo del desencanto popular con muchos aspectos de los programas gubernamentales de desarrollo. La parte del debate que se refiere a la selección de especies está complicada por el hecho de que tales selecciones siempre están inmersas en todo un complejo de decisiones interrelacionadas con otros aspectos de las prácticas silvícolas. Por tanto, lo que se estaba debatiendo no era, muchas veces, la idoneidad del eucalipto como tal, sino toda la tecnología y forma de promover al eucalipto.

Del análisis de este debate, se saca la conclusión general de que el impacto socioeconómico de árboles como el eucalipto varía considerablemente, según las situaciones, y está caracterizado por un posibilismo indefinido más que por un determinismo estricto. En otras palabras, aunque las especies de ese género comúnmente utilizadas sí tienen atributos que permiten emplearlas en formas que podrían limitar su conveniencia para determinadas categorías de usuarios (p.e., ideotipos “de producción comercial” compatibles con monocultivos de alta densidad y poca necesidad de mano de obra), nada hay de inherente en esa especie que exige tal uso. (El colorario de esto es que con sólo cambiar a otra especie tampoco se resolverán, necesariamente, los problemas de prácticas silvícolas inadecuadas).

El análisis reveló que la mayoría de los reparos al eucalipto en la India se dirigían, realmente, a la promoción de:

La plantación de eucalipto por agricultores dueños de tierras
                (especie)(usuarios)
en monocultivos de alta densidad y poca necesidad de mano de obra
(modalidad)(insumos)                 
en tierras agrícolas privadas como un cultivo comercial para venderlo a industrias urbanas.
(ubicación)(función)                           (beneficiario)

La mayoría de los reparos consistieron en que el programa de desarrollo forestal social debió haberse concentrado más bien en:

Una variedad de árboles de uso múltiple plantados por
 (especie)
agricultores marginales y trabajadores sin tierras
      (usuarios)
integrados con otras plantas útiles en bosquetes para uso múltiple
            (modalidad)
sobre tierras de uso común y baldías
 (ubicación)
para forraje, combustible, alimentos, medicinas y otras necesidades vitales
                    (función)

O:

Una variedad de árboles de uso múltiple plantados
(especie) 
por pequeños agricultores y agricultores marginales
(usuarios) 
integrados con cultivos dentro y alrededor de las fincas y tierras de cultivo
(modalidad)(ubicación)
para las necesidades vitales y de dinero para el hogar
 (función)

Al desagregar los diversos elementos de esta manera, se demuestra que la controversia fue mucho más que una cuestión de selección de especie. No fue, en verdad, sólo el eucalipto sino todo el planteamiento de la agroforestería que estaba en tela de juicio, conjuntamente con la estrategia de desarrollo económico en la cual los bosquetes en tierras de labranza privada parecían haber constituido la tecnología escogida. El punto capital de la controversia en la India parece haber sido la cuestión del costo de oportunidad de los programas de desarrollo forestal social que estuvieron dedicados, y con bastante éxito, a ayudar a los segmentos relativamente más favorecidos de la población pero que no se preocuparon de las necesidades y oportunidades de los más pobres de la sociedad. Estos últimos son los principales beneficiarios presuntos del programa de desarrollo forestal social, según fuera concebido por los planificadores del gobierno.

Alrededor de esta temática central surgieron muchos otros aspectos del problema, a medida que la controversia cobraba ímpetu y se iba haciendo una transferencia simbólica cada vez mayor al eucalipto. Es aleccionador intentar una desagregación más precisa y una clasificación de las cuestiones planteadas, sin tomar partido y sin hacer un recuento de los argumentos en detalle. El Cuadro 5 presenta un desglose de las principales cuestiones identificadas en la consulta de literatura que se hizo para este estudio. Pero, incluso esta extensa lista no puede considerarse como un catálogo definitivo de todas las cuestiones planteadas por el debate de gran alcance sobre el eucalipto. No vamos a tratar aquí de la verdad o falsedad de cualquiera de los reparos a la plantación de eucalipto en la India. Para determinar si tal o cual cuestión es una inquietud válida, merecedora de una cuidadosa consideración por los planificadores de proyectos que quieren prever y evitar posibles problemas, basta que la cuestión haya sido planteada y debatida.

Lo que pone en claro esta lista de cuestiones socioeconómicas referentes a la controversia sobre el eucalipto es que la selección de una práctica silvícola adecuada implica mucho más que la simple selección de árboles con los atributos convenientes. Los atributos que determinan la idoneidad de determinado árbol están muy condicionados por su interacción con toda una trama de decisiones sobre otros aspectos de la práctica silvícola; a saber, el sistema de manejo mediante el cual se cultivan los árboles (por ej., el régimen de poda, desrame, desmoche o rebrote de cepas, trasmoche, raleo o cosecha), que está determinado, a su vez, por la distribución espacial de la plantación de árboles (p.e. la disposición y densidad de plantación, ya sea de un solo tipo de árbol o en combinación con otros árboles o cultivos), régimen en el cual influye muchísimo la ubicación de la plantación en la topografía del sitio. Todo lo antedicho dependerá de la función específica que el árbol está destinado a cumplir para determinado usuario dentro de determinado contexto socioeconómico y determinada estrategia de desarrollo global.

Si queremos evitar esta clase de controversia en el futuro, parece inevitable que debemos adecuar nuestros programas de plantación de árboles para satisfacer las necesidades de todos los grupos de usuarios en cuestión; que debemos fundamentar la planificación en un detallado diagnóstico de las necesidades, limitaciones y oportunidades de plantación de árboles que tiene cada grupo; y que debemos realizar un esfuerzo deliberado y sistemático para llevar adelante estos resultados como especificaciones para el diseño de intervenciones silvícolas oportunas.

Cuadro 5. Una lista parcial de la problemática socioeconómica planteada en el contexto del debate sobre el eucalipto en la India.

FACTORPROBLEMATICA PLANTEADA Y DEBATIDA
Cuestiones técnicas de importancia socioeconómica
FunciónSi los árboles deberían plantarse para obtener ingresos económicos (pasta de madera, postes de eucalipto) y no a los usos de subsistencia (alimentos, forraje, combustible, medicina, etc. de una variedad de árboles); plantaciones de uso único frente a plantaciones de uso múltiple.
UbicaciónSi el eucalipto debería plantarse en tierras agrícolas, desplazando así los cultivos alimentarios y las oportunidades de trabajo para los trabajadores sin tierras y haciendo también subir los precios de los alimentos; si debería plantarse en tierras agrícolas privadas (p.e., el método de la silvicultura agrícola, en el cual solo se beneficiarían los agricultores propietarios de tierras) en vez de plantarse en los ejidos (que serían de beneficio para los agricultores sin tierra y los marginales); si la plantación de bosquetes de eucalipto en terrenos de labranza estaba obligando a la adopción del eucalipto como el único cultivo que podría competir con los bosquetes adyacentes; si los bosquetes de eucalipto habían desempeñado un papel en la enajenación de las tierras comunales de las aldeas; si la plantación de los bosquetes de eucalipto en el ejido estaba desplazando las plantaciones de forraje y otros plantíos de uso múltiple; si las extensas plantaciones de eucalipto habían permitido a los grandes terratenientes cumplir los requisitos de cultivos mínimos, evitando así la redistribución de la tierra de acuerdo con las nuevas reformas a las leyes de reforma agraria.
ModalidadSi los árboles deberían plantarse en plantaciones en bloques (que ocupan el terreno totalmente) o en bosquetes de especies mixtas o con sistemas agroforestales de cultivos intercalados o a lo largo de los linderos, etc; si deberían preferirse los policultivos a los monocultivos por razones ecológicas; si las plantaciones de alta densidad y corta rotación (practicadas por algunos productores comerciales de eucalipto) son ecológicamente sustentables.
ManejoSi el desplazamiento de cultivos alimentarios de gran intensidad de mano de obra por los bosquetes de eucalipto, que requieren poca mano de obra, estaba privando a los trabajadores agrícolas sin tierras de sus oportunidades tradicionales de empleo; si la apertura de zanjas constituía un medio eficaz y económicamente viable de reducir la competencia de las raíces del eucalipto.
Cuestiones que tienen que ver con el contexto socioeconómico más amplio de la plantación de árboles
Desarrollo económicoSi las intervenciones silvícolas deben orientarse a apoyar una estrategia de crecimiento industrial (integración en el sistema de la estrategia económica global, modernización de la agricultura y de la vida en el campo, marginalización de los trabajadores agrícolas y migración a las ciudades como mano de obra para las industrias urbanas de gran escala e intensidad de capital) o una estrategia de ecodesarrollo (capacidad propia para satisfacer las necesidades básicas, preservación de la cultura campesina y mejoramiento de la base agrícola autóctona, absorción del incremento demográfico dentro de las zonas rurales, industrias rurales de pequeña escala e intensivas en mano de obra); o si se necesita, de hecho, una estrategia pluralista para procurar los beneficios del desarrollo económico para todos los miembros de la sociedad.

¿Quién se beneficia de la plantación de árboles?

La cuestión de saber quién se beneficia de una labor de plantación de árboles es lo esencial del debate sobre el eucalipto. Una de las enseñanzas más importantes de la controversia es que, al diagnosticar las necesidades locales y su potencial forestal, se debe tener sumo cuidado de diferenciar los diversos grupos de usuarios.

Una buena parte del debate inicial se centraba en la acusación de que solamente los grandes agricultores se estaban beneficiando de la agroforestería. Pero, la información relativa al perfil de adopción reveló que incluso los agricultores relativamente pequeños estaban adoptando los bosquetes de eucalipto y que les iba bastante bien. En todo el debate, parece haberse prestado insuficiente atención al hecho de que el límite de inclusión entre los adoptantes y no adoptantes, entre los beneficiarios y no beneficiarios, no se estableció entre los grandes y pequeños agricultores, ni entre los ricos y pobres, sino entre los trabajadores agrícolas con tierras y los sin tierras o casi sin tierras, y entre los pobres y los sumamente pobres. No es sorprendente, por tanto, que en aquellos lugares de la India en los cuales se protestó más ferozmente contra la plantación de eucalipto (ciertos distritos de Karnataka) son zonas donde los campesinos sin tierra o casi sin tierra ¡representan casi la mitad de la población!

El problema de los campesinos sin tierra presenta una paradoja. La producción directa para satisfacer las necesidades de subsistencia es una estrategia económica primordial para los pequeños hogares campesinos en los países en desarrollo, y hay muchas opciones agroforestales que pueden contribuir a ello. Pero, para los sin tierra esta estrategia no es viable por cuanto los hogares quizá tengan tan solo un trozo de campo con casa, o menos; ni lo es para la enorme categoría de habitantes del campo pobres, clasificados como agricultores marginales (aquellos cuyos predios son insuficiente para abastecer sus necesidades vitales). Estos hogares necesariamente dependen del trabajo asalariado u otras actividades generadoras de ingresos como su estrategia primaria de supervivencia.

Hay una serie de innovaciones comerciales silvícolas que son técnica y económicamente viables. Nadie se beneficiaría más de estas innovaciones que la gente pobre del campo y los desfavorecidos. Infortunadamente, según la experiencia de muchos proyectos de cultivos forestales esta gente es la que tiene menos posibilidades de beneficiarse de tales innovaciones. La agroforestería con eucalipto es un excelente ejemplo de una tecnología que ha traído ingresos monetarios considerables a muchos de aquellos que han podido adoptarla, incluso a algunos agricultores marginales que sembraron eucaliptos en sus pequeñas parcelas y se fueron a trabajar en la ciudad (Shepherd 1988). Pero, ¿qué sucede con los agricultores sin tierras y marginales que no tienen puestos de trabajo fuera de sus explotaciones agrícolas? ¿Qué sucede con los usuarios de tierras pertenecientes a grupos minoritarios y que son “socialmente desfavorecidos”?

Por una triste ironía del destino, en las sociedades estratificadas es demasiado frecuente que, tan pronto como alguna innovación comienza a producir recursos en efectivo, esto llama la atención de la élite local y dichos recursos se pierden para los pobres. Una estrategia encaminada a remediar esas frustraciones consiste en restringir el objetivo del proyecto a las intervenciones orientadas a la subsistencia, a fin de evitar este interés negativo de las élites locales. Muchos de los que critican la agroforestería con eucalipto dicen que esta debió haber sido la estrategia de los programas de desarrollo forestal comunal centrados en la administración de la propiedad comunal (APC). Es una solución, pero ¿no habrá otras? Sería una lástima abandonar la idea de la plantación comercial de árboles para los más pobres y aceptar, sin más ni más, que quienes podrían beneficiarse más de esas actividades generadoras de ingresos están impedidos de hacerlo, irrevocablemente.

Maneras de traer los beneficios de la silvicultura a quienes no tienen tierras

Por suerte, hay excepciones a esta tendencia descorazonadora. Se han citado casos en los cuales los pobres y desfavorecidos han podido lograr beneficios importantes de su participación en actividades generadoras de ingresos. Una breve consulta de la literatura respectiva, sacó a la luz cuatro ejemplos de planteamientos que resultaron justificadamente provechosos, o al menos, prometedores. Indudablemente, debe haber más ejemplos. Al comparar estos cuatro casos con el controvertido planteamiento de la agroforestería del eucalipto, se manifiestan algunas de las diferencias que pueden ser determinantes para que los beneficios de la silvicultura lleguen a los sin tierra y a los casi sin tierra (Cuadro 6).

Cuadro 6. Diferencias en la tecnología y en la organización social de la silvicultura que permiten a quienes no tienen, o casi no tienen tierras participar en los beneficios de los sistemas de producción forestal.

(Eucs=eucalipto, AAUM =árboles y arbustos de uso múltiple)

PLANTEAMIENTO SILVICOLAPROPOSITOESPECIECARACTERISTICAS
SILVICULTURA AGRICOLA DEL EUCALIPTODinero Eucs Bosquetes de monocultivos en fincas particulares
OTROS PLANTEAMIENTOS     
  • AAUM en ejidos (la alternativa tradicional)
Subsistencia AAUM Función, ubicación y especies
  • Desarrollo comercial de los AAUM en bosques comunales y pequeños bosquetes en Maharashstra (Shah y Weir 1987)
Dinero+ Subsistencia AAUM Función, ubicación, aprovechamiento racional, infraestructura social, (APC) y manipuleo post cosecha, (elaboración local con valor agregado y comercialización a consumidores urbanos)
  • Agroforestería (varias formas) en fincas y lugares públicos en Bijapur (Hoekstra et al. 1985)
Subsistencia +Dinero AAUM Función, ubicación, aprovechamiento racional y especies
  • Agroforestería en terrenos “patta” redistribuidos en Bengala Occidental (Shah 1987)
Dinero Eucs Infraestructura social (tenecia) (no son necesarios cambios tecnológicos)

Los resultados son interesantes. En tres de los cuatro ejemplos, hubo un cambio de tecnología silvícola (p.e. un cambio en uno o más de los siguientes: especie, función, ubicación, modalidad o manejo). Uno de ellos representa la alternativa tradicional a las parcelas forestales en el ejido; a saber, una combinación de árboles de usos múltiples para una variedad de finalidades de subsistencia. En el ejemplo de Maharashtra, se logró un desarrollo comercial de esos árboles y de otras plantas nativas de las colinas en territorio de uso común para obtener medicinas tradicionales y frutas mediante una cooperativa de elaboración y comercialización conducida por los integrantes de la tribu del lugar, con asistencia de una ONG (Shah y Weir 1987). Este éxito no se debió solamente a una tecnología diferente, sino a algunas innovaciones importantes en la infraestructura social.

El tercer ejemplo en el cual se empleó una tecnología diferente, todavía no ha sido corroborado por la experiencia de los lugareños, pero forma parte de una propuesta de investigación agroforestal que surgió de un estudio de diagnóstico y diseño ralizado en la zona Bijapur de Karnataka (Hoekstra et al. 1985). Porque los habitantes del área del estudio fueron divididos (como una cuestión metodologíca normal) en categorías diagnósticamente diferentes -en este caso, en usuarios de tierras “ricos en recursos” y “pobres en recursos”- el diseño integral de las intervenciones agroforestales pudo incorporar elementos que se ocupaban, específicamente, de las necesidades y oportunidades de los agricultores marginales y trabajadores agrícolas sin tierra dentro de la cuenca. De haberse seguido este procedimiento desde el inicio para diseñar el controvertido programa de desarrollo forestal social, habría podido evitarse totalmente la controversia en Karnatake.

En un caso de gran éxito (Bengala Occidental), no fue necesario cambiar de tecnología. Sólo fue necesaria una innovación infraestructural, la asignación de derechos de tenencia de largo plazo sobre las tierras marginales a las familias que no tenían tierras, para que pudieran gozar de los beneficios de la agroforestería convencional con eucalipto.

Estos ejemplos demuestran, sin duda alguna, que, para hacer participar incluso a los más pobres en los beneficios de la silvicultura, lo que realmente se necesita no es la mera selección de especies, sino una combinación acertada de cambios en otras variables del diseño técnico o socioeconómico tendientes a restructurar los factores de producción. Lo que demuestran estos ejemplos es que nos falta mucho todavía para agotar la capacidad de encontrar soluciones creativas para la problemática que ha empantanado el debate sobre el eucalipto. Aun tenemos en nuestro haber muchas opciones tecnológicas y socioeconómicas insuficientemente utilizadas.

Sin embargo, a la larga, como nos recuerda el ejemplo de la cooperativa de elaboración en Maharashtra, es muy poco probable que la concentración en los sistemas de producción pueda resolver, por sí sola, los problemas de la cantidad cada vez mayor de personas sin tierra en muchas zonas rurales del mundo en el siglo XXI. El pasado histórico en las zonas de alta densidad demográfica rural en los países en desarrollo nos indica claramente que: cuando las poblaciones rurales comienzan a desbordar la capacidad de absorción de mano de obra de los sistemas de producción primaria, y cuando la emigración deja de aliviar el “exceso” de población, la generación de empleos en las zonas rurales se traslada del sector primario al sector de producción secundaria. Por ello, vemos el desarrollo y proliferación de las pequeñas industrias rurales que absorben mano de obra.

Conclusiones

En resumen, lo más importante que nos ha enseñado la controversia sobre el eucalipto para lograr cambios constructivos en la manera en la cual diseñamos las intervenciones silvícolas parecería ser que:

  1. Hay la necesidad de una mayor apertura e imaginación en el empleo de un criterio sistemático de servicio a los clientes para diseñar intervenciones de plantación de árboles, basadas en un repertorio de prácticas silvícolas y en el reconocimiemto de que siempre estamos tratando con los atributos de determinadas especies en el contexto de determinada tecnología destinada a determinado usuario dentro de determinado entorno socioeconómico en apoyo de determinada estrategia de desarrollo. De nada sirve culpar al árbol por los errores humanos en otros niveles del proceso de toma de decisiones.

  2. A fin de conseguir los beneficios de la silvicultura para todos los beneficiarios presuntos, es indispensable trascender el objectivo limitado de los sistemas de producción primaria para descubrir y desarrollar todas las posibilidades de la elaboración secundaria, comercialización, apoyo a la extensión y otros medios de infraestructura que constituyen, en su conjunto, las condiciones previas necesarias y suficientes para el desarrollo rural, particularmente cuando hay una falta generalizada de tierras y la población amenaza con exceder la capacidad de sustentación demográfica de los sistemas de producción primaria.

 
 
 
 
 
 

Atributos fitosociológicos de los árboles como una base para la clasificación de ideotipos
(ver pág. 13–14)


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