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RESTABLECIENDO EL EQUILIBRIO
las mujeres y los recursos forestales

INDICE DE MATERIAS



Conforme escasean los bosques y los recursos forestales cambia el equilibrio entre las necesidades del hombre y su capacidad de satisfacerlas. Para las familias rurales, la lucha por la vida se hace aun más dura.
Las consecuencias para las mujeres son especialmente severas ya que dependen más que los hombres de los productos arbóreos y forestales y porque asumen más responsabilidades en el trabajo de la familia conforme los hombres buscan conseguir dinero contante lejos de casa. Además, los expertos en el desarrollo que subestiman la importancia que para las mujeres tienen los recursos forestales suelen introducir tecnologías y actividades que les privan a ellas de este recurso crítico.
Para que los proyectos para el desarrollo reduzcan la pobreza rural tendrán que restablecer el equilibrio entre las mujeres y sus recursos forestales.
Esta publicación describe la importancia que tienen para las mujeres los productos forestales, las dificultades que ellas experimentan actualmente cuando intentan obtenerlos, y lo que se puede hacer para mejorar la situación.

ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIONAUTORIDAD SUECA PARA EL DESARROLLO INTERNACIONAL

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INDICE DE MATERIAS

 
PREFACIO
LOS ARBOLES EN LA ECONOMIA DOMESTICA
los árboles y la alimentación
los árboles y la leña
los árboles y el forraje
los árboles y la familia
los árboles como fuente de ingresos
usos complementarios de los recursos forestales
UNA CRISIS QUE SE INTENSIFICA
los efectos del agotamiento de los recursos
cambios en la estructura familiar
los efectos de las nuevas tecnologías
las que salen perdiendo del desarrollo
cómo reaccionan las mujeres: un resumen global
historiales de
la India, Cabo Verde, Honduras, China, Sudán, Tailandia, Corea, Kenia, Jamaica e Indonesia
IMPLICACIONES PARA EL DESARROLLO
el papel de la mujer en los proyectos forestales
límites a la participación
desarrollando nuevas políticas para el futuro
FUENTES

Prefacio

El árbol es una planta extraordinaria. Produce hojas, frutos y nueces año tras año, estación tras estación. Gracias a sus raíces profundas puede producir incluso cuando las plantas anuales o han muerto o apenas han germinado. Su productividad se acumula bajo la forma de madera que, de no ser recogida en un año determinado, se conserva con seguridad para el año próximo. Su tamaño tanto por encima de la tierra como por debajo de ella le permite facilitar sombra y aumentar la fertilidad de la tierra. Una vez arraigado un árbol puede hacer todo esto con poca o ninguna atención por parte del hombre.

Los árboles también suministran una extraordinaria variedad de productos de los cuales se sirven los hombres: frutas y nueces para su alimento, hojas y vainas para forraje, cortezas para medicamentos, resinas de la cuales se extraen sustancias químicas, raíces que proporcionan condimentos, fibras para cuerdas y ropa, ramitas para leña menuda, madera para el fuego, hojas para techumbres, y postes para la construcción de edificios y de empalizadas-por tan sólo mencionar unos pocos.

En el bosque, estos productos constituyen el único sustento de muchas comunidades. Pero por el mundo entero hay sociedades rurales que dependen de los productos de los árboles y arbustos que crecen en su localidad. La FAO, a fuerza de establecer en los últimos años 1970 su Programa Especial de Acción Actividades Forestales en el Desarrollo de Comunidades Locales, ya ha reconocido formalmente la importancia que tienen los árboles en la economía rural.

Pero ahora hace falta avanzar aún más. La importancia de los árboles dentro de la economía rural proviene en gran parte de los usos que hacen de él las mujeres. En muchas sociedades son las mujeres las que tienen que buscar y transportar la leña que necesita su familia. Muchas veces es la mujer y no el hombre quien recoge los frutos y nueces silvestres, busca forraje para la ganadería doméstica, y elabora de la materia leñosa medicamentos y otros productos. Las mujeres también suelen ganar los pocos ingresos en metálico que pueden obtener de actividades directa o indirectamente relacionadas con los árboles y con el bosque.

En muchas sociedades rurales existe por ende una conexión íntima entre la mujer, la familia, y los árboles, conexión hasta ahora raramente reconocida en los programas de desarrollo. Igual que en otros sectores, demasiados proyectos se orientan hacia los hombres lo que ha llevado a que las mujeres no sólo no hayan sacado ningún provecho de ellos sino que se hayan visto gravemente perjudicadas por ellos.

El mensaje de esta publicación es doble. Primero, tanto los que planifican el desarrollo como los expertos en la silvicultura tienen mucho que aprender de las mujeres campesinas. Ellas tienen unos conocimientos detallados de la flora que les circunda que muy pocos expertos pueden igualar. Además sólo las mujeres sabrán precisamente en qué medida les afectará un proyecto determinado y de qué manera les hará falta ayuda. Segundo, los proyectos que tienen por finalidad el favorecer el desarrollo de una sociedad rural serán más eficaces si los apoyan las mujeres.

La meta del desarrollo rural es el alivio de la pobreza. La razón fundamental por la cual las mujeres necesitan ahora una atención especial es que, aunque en la mayoría de las sociedades rurales trabajan más horas que los hombres, son sin embargo más pobres. Es tarea nuestra asegurarnos de que en el futuro los proyectos de desarrollo corrijan este desequilibrio y no lo agraven.

Edouard Saouma
Director General
Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación